El proceso de purificación del biogás no se limita a separar el metano del dióxido de carbono, sino que incluye una serie de procesos para eliminar impurezas y productos indeseables como el sulfuro de hidrógeno (H₂S) y compuestos orgánicos volátiles (COV) como siloxanos y terpenos, estos últimos presentes principalmente en el gas de fermentación.
Dentro de lavalorización -el proceso que conduce a la obtención de biometano a partir del biogás-, uno de los principales protagonistas para quienes adoptan la tecnología de membranas es, sin duda, el carbón activado. Para convertirse en tal, el carbón de origen vegetal o mineral se somete a un proceso de activación -realizado en hornos especiales con vapor a alta temperatura- que provoca la formación de diminutos conductos dentro de los gránulos de carbón (microporos) y cuya presencia determina su actividad.
Gracias a su alto poder de adsorción, el carbón activado es capaz de retener en su porosidad determinados tipos de moléculas, y se utiliza en el proceso de purificación del biogás tanto para eliminar contaminantes como para tratar olores.
El carbón activado también puede utilizarse impregnado con otros productos químicos que mejoran el rendimiento, o no impregnado (especialmente en la eliminación de terpenos); lo importante es elegir el tipo de carbón activado en función de la concentración y la naturaleza de cada contaminante en el biogás.
Carbón activado en el proceso de mejora: por qué evitarlo
Aunque la filtración a través de carbón activado puede parecer necesaria dentro del proceso de mejora para obtener biometano, no siempre es el método más adecuado ni el más rentable.
En el caso de concentraciones elevadas de H₂S o COV, la acción filtrante del carbón activado no será suficiente para eliminar los contaminantes y deberá combinarse con otras tecnologías, como la depuración.
El coste del mantenimiento que hay que realizar regularmente en los filtros (limpieza, sustitución, etc.) es entonces bastante elevado. Por lo tanto, con vistas a reducir costes y optimizar los procesos haciéndolos más eficientes y sostenibles, la eliminación de la fase de pretratamiento mediante carbón activado se convierte en una necesidad.
No sólo la empresa, sino también el medio ambiente se beneficiarán de la exclusión del carbón activado del proceso de mejora. Por ello, CMA ha optado por evitar el uso de carbón activo en el pretratamiento, ofreciendo a sus clientes una tecnología que preserva el medio ambiente y reduce los costes de mantenimiento: PWS.
¿Desea más información sobre el proceso de mejora aplicado por CMA? Consulte nuestro artículo dedicado.