El creciente cambio climático provocado por las excesivas emisiones de gases de efecto invernadero está llamando a la población mundial a tomar medidas urgentes para salvaguardar su propia salud y la del planeta. Una de las formas de reducir las emisiones de CO2 es la descarbonización.
¿Qué se entiende por descarbonización?
Este término se refiere a la reducción de las emisiones de carbono a la atmósfera a través de una serie de medidas y prácticas destinadas a limitar el uso de combustibles fósiles, reducir el impacto ambiental y promover la transición a fuentes de energía renovables.
La descarbonización requiere una estrategia integrada que implique a varios sectores, como la energía, la industria, el transporte y la agricultura, para reducir las emisiones de CO2 y alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre el Clima de 2015 de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
Cómo descarbonizar
Una de las principales medidas para descarbonizar la economía es la transición a fuentes de energía renovables, como la solar, la eólica, la hidráulica, la geotérmica y la biomasa, que producen energía al tiempo que reducen las emisiones de CO2. Estas fuentes ya son competitivas con los combustibles fósiles en muchas partes del mundo, y su coste está bajando rápidamente gracias a las innovaciones tecnológicas y a los incentivos gubernamentales.
Biogás y descarbonización
La producción de biogás se inscribe plenamente en el esfuerzo de descarbonización, ya que se trata de una fuente de energía renovable que puede sustituir al uso de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural.
El biogás se produce por la descomposición anaeróbica de la materia orgánica, como los residuos orgánicos, los lodos de depuradora y los residuos de la producción agrícola y ganadera. El proceso de producción de biogás es sostenible desde el punto de vista medioambiental, ya que permite aprovechar residuos orgánicos que de otro modo se depositarían en vertederos o se incinerarían, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero.
En cuanto a sus usos, el biogás puede utilizarse como fuente de energía para la producción de electricidad y calor, mientras que el biometano puede emplearse como combustible para el transporte y como gas de uso doméstico (como alternativa al gas de origen fósil).
Por tanto, el uso del biogás puede contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y a la transición hacia una economía descarbonizada, que emplee e incentive el uso de fuentes de energía alternativas con respecto al carbono.
El papel de la AMC
La descarbonización cuenta con el apoyo de una gran variedad de agentes, como gobiernos, organizaciones internacionales, ciudadanos y empresas. CMA Srl, líder en el campo de la producción de energías alternativas, se esfuerza por aplicar las mejores tecnologías en la creación y revestimiento de depósitos para plantas de biogás y biometano, fomentando así el uso de fuentes de energía renovables y alternativas al carbono.